lunes, 28 de octubre de 2013

TRASTORNO NARCISISTA DE LA PERSONALIDAD

Similitudes y diferencias entre O. Kernberg, J. Mc. Dougall, H. Kohut, J. Bergeret acerca de la etiología, presentación clínica y psicopatología en trastornos narcisistas. Lic. Lorena Noya Venturino. Fuente consultada "Itinerario" Facultad de Psicología de la UdelaR (Uruguay)

Presentación clínica
Kernberg plantea que -  “respecto a las características clínicas la opinión de Kohut coincide con la mía” - , no obstante refiere atribuirle mayor importancia a lo patológico. El sujeto narcisista es para Kernberg una persona centrada excesivamente en sí mismo, que se adapta eficazmente al medio pero en forma superficial, presentando importantes distorsiones respecto a sus relaciones de objeto. Subraya la dependencia desmedida que tiene de la admiración y homenaje de los otros. Existe un contraste entre su adaptación social y la incapacidad de empatía o déficits en su capacidad de amar. Se muestran insatisfechos consigo mismos y tienden a explotar al prójimo
Por su parte, y a diferencia de Kernberg, Kohut dice que el paciente que tiene una alteración narcisista, “no son fronterizos” y “no son necesariamente personas muy enfermas” (lo cual carece de precisión “no muy enfermo”), definiendo el eje de la problemática narcisista entorno a alteraciones de la autoestima, del sentirse sí mismos, de sentirse reales. Como consecuencia, es relevante para ellos, la respuesta del ambiente, necesitando del aplauso de los otros.
A diferencia de los dos autores mencionados, Mc Dougall introduce o rescata en la presentación clínica, dos organizaciones de la economía narcisista en aparente contradicción. Mientras Kernberg y Kohut ponen el acento en el aspecto adaptativo o en el narcisista de “tipo social”, Mc Dougall plantea que como contracara del sujeto que se aferra al mundo, al otro-espejo que le devuelve su identidad y valor, existen otros que necesitan huir hacia la soledad, aferrarse a sí mismos, dado que el otro es vivido en forma intrusiva y por ende “necesita cerrar la puerta al mundo para no desaparecer en los demás”. Realiza aportes valiosos en relación a lo simbólico con una clara influencia de Winnicott, y señala que en estos sujetos, tiene lugar una perturbación a nivel psíquico, que dificulta la representación de sí mismos lo cual devela la fragilidad de su economía. Es la imagen de sí la que se esfuma o la imagen del otro; lo especular nos remite a esto, pero no es uno, es lo dual en estricta dependencia. De allí, que ella alude a la dificultad de representar la ausencia, muchas veces expresado a nivel transferencial (la ausencia del terapeuta) “quisiera llevármela conmigo”, lo cual recuerda al objeto transicional de Winnicott.
Bergeret destaca la inmensa necesidad de afecto de estas personas que promueve en ellos un mostrarse seductores, “disponibles y adaptables en todo momento, a falta de poder adaptarse real y duraderamente”.

Etiología
Siguiendo a Bergeret, para quien los narcisistas se hallarían integrados dentro del tronco común de los estados límites, el yo del sujeto, una vez superadas fijaciones que podrían haber operado una preorganización psicótica, prosigue su curso hacia el Edipo y es justamente allí, al inicio del Edipo que tiene lugar un suceso traumático, al cual él denomina - traumatismo psíquico precoz - y que es vivido como una intensa emoción pulsional para la cual el individuo no se hallaba lo suficientemente equipado, dado que todavía no había accedido a la triangularidad, y esta frustración es sentida como una amenaza de pérdida de objeto. Este trauma consiste en una tentativa de seducción, pero no de carácter fantasmático sino real ejercido por un adulto. La fragilidad narcisista revela la precocidad del equipamiento defensivo con el cual hubo de afrontar tal suceso. El efecto del mismo lo configura la detención de su evolución libidinal y la constitución de una pseudo latencia que transgrede la adolescencia, pudiendo abarcar toda la vida. En virtud de un segundo traumatismo psíquico desorganizador, tiene lugar un estado regresivo del Yo, que reaviva la antigua frustración narcisista predepresiva, pudiendo ocasionar una crisis de angustia aguda.
En el caso de Kohut, cuyo enfoque es más de orden metapsicológico, atribuye la fragilidad narcisista a que si bien la etapa de cristalización del Self Cohesivo se ha superado (o sea, la etapa cuyas fijaciones podrían haber originado una psicosis), la estructura total del Self no se ha completado. El punto de fijación se encontraría situado en el estadio del Self Cohesivo (correspondiente al estadio de narcisismo para Freud). Tiene lugar una fragilidad o fisura en la representación de sí. Mientras Bergeret dirige su mirada en lo relativo al desarrollo del amor objetal, Kohut se centra en el desarrollo libidinal narcisista. Pero como acorde a lo conceptualizado por él, ambos desarrollos siguen rumbos paralelos, afectándose mútuamente, ¿podría haber aquí una suerte de  complementariedad? El suceso traumático ocasiona una detención del desarrollo del narcisismo.

Pero en realidad, el suceso traumático al que alude Kohut es más precario que en Bergeret: Es el espejamiento lo deficitario y esto remite a la función materna que a modo de espejo devuelve sentido y moldea (a través de las caricias, de la mirada, del arrullo) identidad o sí mismo. Kohut formula que debido a la carencia empática de Objetos-Self arcaicos, será indispensable para el sujeto con déficit narcisista la presencia de Objetos-Self como sostén de self cohesivo. Esta presencia imperiosa se vincula con las dificultades de representación psíquica planteado por Mc. Dougall y refuerza la comprensión del déficit representacional de la ausencia. El objeto del narcisista no es el simbiótico del psicótico, su sí mismo es cohesivo, no obstante cristalizado y el déficit en lo especular bloquea la representación del objeto-self diferente del sí mismo, del otro, quedando así ligado por el registro transicional y esta ligazón es lo que fundamenta la angustia depresiva ante la amenaza de pérdida del objeto, ¿quién soy yo? Vivencia de vacío desgarradora porque el objeto-self transicional es el que me da sentido - dependencia vital -.  

Para profundizar